Tanatólogo, profesional de la risa y docente: 3 perfiles en la misma persona. (Fotos Óscar Berrocal)
Si hay un hombre que vive entre alegrías y tristezas es Omar Gómez. Este paisa de nacimiento y barranquillero de crianza se ha dedicado los últimos 26 años, de sus 47 de vida, a estar entre muertos: los busca en la morgue, los prepara y los deja listos para que sus familiares les den el último adiós.
Si hay un hombre que vive entre alegrías y tristezas es Omar Gómez. Este paisa de nacimiento y barranquillero de crianza se ha dedicado los últimos 26 años, de sus 47 de vida, a estar entre muertos: los busca en la morgue, los prepara y los deja listos para que sus familiares les den el último adiós.
A la tanatopraxia llegó por accidente. “Mi familia quería montar una refresquería o un estadero, pero un primo nos dijo que era mejor una funeraria, que siempre tendríamos clientes”. Y la Familia Gómez acertó con la Funeraria El Carmen, en la calle 54 No. 37-31, porque nunca les han faltado los muertos: en un mes preparan hasta 70.
Omar fue ayudante de morgue y conductor durante sus primeros meses en el negocio. Los años venideros le sirvieron para meterse de lleno en la preparación de cuerpos y por eso en el 2000 decidió irse a una universidad antioqueña a especializarse. Hoy es el único tanatólogo de la ciudad con una certificación que valida su saber, lo que lo terminó acercando a la academia.
Como tanatólogo tiene turnos de 24 horas seguidas y las 24 siguiente de descanso. Durante Carnaval y diciembre le llega la temporada de más trabajo porque se incrementan los cuerpos que prepara a diario. “Un día tenía 11 cadáveres esperándome. Todos víctimas de un accidente”.
Siempre ha sido un ‘mamagallista’ y fanático de las letras del mexicano Juan Gabriel. Por eso al negocio del humor también llegó por accidente. El humorista ‘Compae Lencho’ lo descubrió hace 12 años y le creó a ‘Cuarto e’ Pollo’, el personaje que le hizo ganar un lugar en La Gozadera, programa que se transmitió por Telecaribe entre 2000 y 2005.
“Hago presentaciones. Quienes ya me conocen me llaman y me contratan”. Más que un oficio, para Omar el humor ha sido siempre una terapia con la que sobrelleva las historias de muerte que a diario irrumpen en su vida.
‘Mi niña pregunta por muertos’
Para Omar Gómez la muerte debe aceptarse de la mejor manera, como la cesación natural de la vida. Sus hijos, por ejemplo, han crecido escuchándole sus historias diarias de muerte. “Ya mi niña de cinco años me dice: ‘Papi, y ¿cuántos muertos arreglaste hoy?’”.
También es común que durante muchas cenas familiares el ‘jefe del hogar’ deba cambiar el esparcimiento por un cadáver a la espera de su preparador en la funeraria. “No le ponemos mayor misterio. Como mi familia lleva 26 años con este negocio, la muerte ya es normal para nosotros”.
La difunta que lo tocó
Omar recuerda que el cuerpo de un hebreo fue el primero que tuvo que preparar. “Entré a la morgue, lo vi con la sábana blanca y salí corriendo del miedo que me dio”. Pero, el susto que le generó el primero no se compara con el que le provocó un cuerpo femenino obeso.
“Cuando estaba transportando el cadáver, el carro se movía bastante. Puse el cuerpo en la mesa para su preparación. Eran las dos de la mañana. Me di vuelta para coger los instrumentos y uno de los brazos terminó cediendo por su peso y me agarró las nalgas”, dice ahora entre risas. En aquel momento entró en pánico, salió gritando de la sala y pidió compañía para poder preparar a aquella difunta.
Jajaja esa historia de la vieja que le agarra la nalga ya me lo había contado y cada ves que me acuerdo me rio mucho, hasta hicimos una parodia en el programa de esa historia
ResponderEliminarSi mi vida, tienes la razón Jajajaja la hicimos con mi Compae Lencho tu papá y bollito de yuca! Te amo mi reina! Bendiciones😘🙏
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