Este es el panorama que por estos días se observa en el mercado de Barranquilla (Fotografías de Óscar Berrocal).
Descalzo, con los pies metidos en aguas negras y rodeado de desechos, Alberto Navarro dice que los 30 años que lleva vendiendo queso en la plaza de El Boliche lo han hecho acostumbrarse a ver cómo con cada invierno las condiciones sanitarias de este sector del mercado empeoran.
Este vendedor, que no siente asco al caminar sin zapatos en medio de la pestilencia, dice que las lluvias de este año han sido las que más pérdidas le han dejado. “Mire cómo está esto. Desde que comenzó a llover hace dos meses las ventas han bajado porque la gente no quiere venir con las calles así”.
Con el aguacero del domingo pasado, la emergencia sanitaria en El Boliche y las afueras del Mercado de Granos se agudizó: improvisados puentes de madera le facilitan el tránsito a quienes caminan por aquí.
Marianelys Agudelo, vendedora de la plaza de El Boliche, dice que ella y sus compañeros tuvieron que endeudarse para recuperar lo que el aguacero del 8 de septiembre, de los más fuertes de esta ola invernal, les quitó. El desbordamiento del caño se llevó en aquel momento chazas, verduras y frutas. El censo realizado por ellos mismos arrojó a 415 damnificados.
Víctor Sandoval, Walberto Aragón y Yaneth Martínez, también vendedores estacionarios, repiten las quejas. Los lamentos tampoco cesan entre los vendedores formales.
Isnardo Díaz, presidente de la Asociación de Comerciantes de El Boliche (Asocombol), dice que con la temporada de lluvias las ventas llegan a disminuir hasta un 40%. Él no entiende el abandono estatal en el que está sumido el sector, pese a las elevadas cifras que el comercio formal paga en impuestos. Isnardo, por ejemplo, cancela hasta $10 millones bimensuales por ‘Bella Isla’, su depósito de víveres y abarrotes.
Díaz asegura que en los 30 años que lleva en el sector las condiciones no han mejorado y los problemas por aguas residuales y el invierno se repiten año tras año. “Siempre dicen (los gobernantes de turno) que van a mejorar esta zona, pero nada. Nada pasa”.
La recuperación, en nada
En 2008, el Instituto Distrital de Urbanismo y Control (Iduc), hoy Secretaría de Control Urbano y Espacio Público, conversaba con los vendedores para recuperar este sector, que fue protagonista del nacimiento de Barranquilla.
En aquel momento se habló de una calle modelo para iniciar la recuperación con base en unos dibujos que proyectaban cómo serían las chazas en las que estarían organizados los vendedores estacionarios.
Han pasado dos años y las condiciones del sector siguen siendo las mismas. “Nos quedamos esperando soluciones y nada. Seguimos con las aguas negras y problemas de espacio público”, dice Isnardo Díaz, presidente de Asocombol.
No fue posible contactar a Jorge Rosales Steel, secretario de Control Urbano y Espacio Público, para que explicara si dentro de las obras que realiza la Administración Distrital en el centro se contemplan trabajos en El Boliche.
Rosales, quien estuvo liderando en 2008 las mesas de trabajo con los comerciantes, dijo en aquel momento: la recuperación “va porque va”.
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