viernes, 5 de noviembre de 2010

Viviendas colapsadas por invierno ya superan las mil

Foto de Óscar Berrocal.

Organismos de socorro aún no dan una cifra exacta porque el número de damnificados cambia cada hora con las lluvias diarias.

Cuentan en El Bosque que es de noche cuando el ‘monstruo’ toma más fuerza para hacer daño, emitir sonidos quebradizos a su paso y traer desolación.

Entre los vecinos de este barrio del suroccidente de Barranquilla ya se ha vuelto común vivir en medio de la zozobra que les produce el animal invisible.

Lucía Pérez es una de las damnificadas que tilda de ‘monstruo’ a la remoción de masas que por estos meses, dada la ola invernal, se ha agudizado en su barrio y que ha terminado dejando en emergencia 334 viviendas, entre desplomadas y en riesgo inminente de desplomarse.

“Ahí viene el monstruo, ahí viene el monstruo”, esas son las palabras que Lucía y sus vecinos repiten cuando presencian cómo sus casas terminan en figuras amorfas.

Lucía y ocho personas más vivían en una vivienda de la carrera 9M2 con calle 63C hasta la última semana de octubre, cuando colapsó.

Hace siete meses el hogar de Lucía se había resquebrajado, pero con unos arreglos logró mantenerlo en pie. “Esta vez nada. No se pudo ‘emparapetar’. Se cayó. ¡Qué pesar! La casita que dejó mi mamá. Esa señora que luchó tanto para dejarnos algo”, dice, afligida, Lucía.

La mujer y su familia encontraron refugio con los $400.000 de subsidio que el gobierno distrital les entregó esta semana para dos meses de arriendo. Sin embargo, al ver la que fue su casa durante los últimos 40 años reducida a escombros, Lucía comenzó a gritar. “Lloré y me desahogué para entender esto que nos está pasando”.

Subsidios de arriendos
mientras se da reubicación
La desolación es evidente en 10 barrios de Barranquilla: las casas caídas ya son más de mil, según censo parcial de la Oficina de Atención y Prevención de Desastres.

El alcalde Alejandro Char ha dicho en las recientes visitas a los barrios afectados que su Administración estudia reubicarlos en Villas de San Pablo, proyecto de interés social que se construye en el kilómetro 7 de la vía al corregimiento de Juan Mina.

Se trata de una ciudadela con 20 mil casas, autorizada por el Ministerio de Ambiente y Vivienda, para familias de estratos 1 y 2.

Mientras la reubicación es una realidad, el gobierno local les ha hecho entrega a quienes han perdido su techo, o están en riesgo inminente de quedar a la intemperie, de subsidios de arriendo de $200.000 mensuales hasta diciembre.

900 auxilios han sido entregados a los damnificados para que mitiguen el invierno en lugares seguros durante esta temporada invernal, según reportó el Distrito.

Hongos e inseguridad, los otros
problemas de los damnificados
Los damnificados en barrios como El Bosque ahora se enfrentan a problemas de salud y de inseguridad.

La infección ha comenzado a aparecer en los pies de la hija de Leinis Montes. La niña de seis años tiene desde hace unos días hongos en sus dedos dado su continuo contacto con el barro.  Leinis dice que los hongos también le han salido en sus pies y en los de su mamá. “Por aquí no sólo está corriendo agua lluvia, también hay aguas de alcantarilla”, comenta la mujer de 34 años.

La inseguridad es otro dolor de cabeza. Miriam Blanco, quien reside en una casa a punto de caerse, afirma que la delincuencia ahora es más común en su barrio. “A las siete de la noche es mejor estar encerrado porque se viene gente de otros barrios con armas a meterse con uno por aquí”, asegura esta abuela que ya completa 45 años viviendo en El Bosque.

Los vecinos denuncian que especialmente en las zonas que van quedando baldías tras cada derrumbe, los delincuentes llegan para fumar marihuana, intimidarlos y atracar a cuanto desprevenido pase por allí.

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